A pocos quilómetros de la Cartuja de Escaladei, se dispone el anteproyecto de hotel mirador de la Morera del Montsant, cuya inclinación del terreno supera el 30% de pendiente. A priori, entendemos este desnivel como una ventaja del proyecto, dado que permite estructurar la intervención en dos niveles de terraza con la virtud de integrarse en el paisaje, en el entorno y minimizar su impacto ambiental.
El funcionamiento del equipamiento es de caràcter descendiente, es decir, en planta baja se halla el aparcamiento exterior de vehículos, acceso de personas, recepción y bar restaurante, a continuación bajamos por la rampa exterior o escaleras al nivel inferior: planta -1 y en ésta planta se hayan las unidades habitacionales además de las zonas comunes fitness y wellness.
La característica más destacable del equipamiento consiste en la percepción del paisaje como una proyección hacia el interior del hotel, es decir, se potenció la permeabilidad visual con la naturaleza y el paisaje del Montsant, una continuidad espacial que permite integrar todo el contenido del espacio exterior al interior. Concretamente, ésta idea se caracterizó gracias a unos grandes ventanales de baja emisividad, protegidos por un sistema exterior de persianas enrollables de madera.
Cabe destacar que la sinuosidad de la planta surge del movimiento natural de las curvas de nivel, por lo que ésta adaptación topográfica responde a un criterio estructural. La importancia de sujetar el terreno frente a los deslizamientos se tuvo en cuenta durante el diseño de la estructura, unos muros de carga que se reparten perpendicularmente en las curvas de nivel para bloquear sin la menor duda la topografía. Gracias a esta decisión podemos orientar todas las habitaciones a distintos puntos de vista. En definitiva, las reglas naturales del paisaje, nos han proporcionado las tácticas arquitectónicas para definir este hotel, integrándolo de un modo respetuoso y coherente con el entorno.